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Albträume sind Träume von anderen Cap. 1

By Chibisuke Niikura
&
Naoyuki Niikura
Capítulo 1:Gib mir Vergnügen im Bett


De sus dieciocho aburridos años de pisar el planeta tierra -el cuál por cierto debería llamarse planeta "agua"- nunca había tenido que caminar tanto para llegar hasta su recinto de estudios -el cual ahora pasaba de "escuela secundaria" a "universidad"- lo que antes quedaba a sólo dos cuadras de su hogar ahora se establecía a casi medio kilómetro; esto le aburría y estresaba, casi tanto como escuchar a alguien limándose las uñas, ese asqueroso sonido de como las uñas se raspaban con los poros del palillo aquél, definitivamente no era agradable, en especial cuando intentaba concentrarse. Después de todo el nunca había sido una persona muy tolerante, muchas cosas le hacían enojar y de las que no lo hacían muy pocas le agradaban; de entre las cosas que le agradaban la gran mayoría eran como el de cortarse las venas, sangrar y otras cosas que serían desagradables para cualquier persona común; los que no entraban en esta categoría eran cosas como comer dulces, juntarse con los escasos amigos que le soportaban y distraerse un rato de su asquerosa vida.
Cada paso que avanzaba se le hacía mas largo y más agotador que el anterior y cada nueva gota de sudor que se secaba era una nueva que brotaba de los poros de su herida y grasosa piel; herida por todos los golpes que el mismo se propinaba, quemaduras pequeñas, rasguños, cortes y mordiscos; estos tres últimos no se los provocaba sólo el, sino que también lo hacía un joven de veintidós años llamado Niikura Kaoru, el cual había conocido en una sex shop; todo partió un día de primavera en que las sakuras aún no brotaban. Ese día a sus sólo quince años caminaba por las sucias y pestilentes calles de Osaka, cuando de repente en una depravada vitrina, cierto objeto se encarnó en su mente sin dejarle dar un paso mas, así quedando frente al vidrio que lo separaba de un bello collar ajustado y grueso de cuero negro con pequeños detalles metálicos a los bordes. Al parecer se quedó varios minutos pegado al cristal, ya que el chico de la caja registradora se le acercó, estaban cerrando, era de noche y quería saber porqué el pequeño rubio no se iba a su hogar.
Aún a sus ahora habiendo pasado tres años recordaba bien como Kaoru le había hecho un pequeño descuento a cambio de algo muy extraño y especial; en uno de los amplios vestidores del local perdió su virginidad con el chico de la caja registradora, con Kaoru, al cual en ese momento no conocía ni su nombre, pero no fue un sexo común ni mucho menos sano, no, Kaoru era muy peculiar con ese tipo de cosas, no le gustaba tener relaciones de esas comúnmente y a menudo para no decir que siempre practicaba el sadismo para mayor entretención. Lo curioso era que al pequeño rubio, esto no le desagradaba, es mas llegaba a agradarle... tanto así que mantuvieron seguidas y grotescas relaciones de sólo sexo por tres largos años.
Claro que lo recordaba bien, la navaja de Kaoru dejandole superficiales cortes que se borraban con el tiempo, para luego repasarlos hasta dejar marcas, y aunque a todos vosotros os parezca enfermo de la cabeza; Kyo nunca le pidió que parase al castaño ni una sola vez. Sí, el pequeño muchacho tenía por apodo Kyo, a pesar de llamarse Niimura Tooru, y es que odiaba ese nombre debido a que la persona que le llamó así fue su difunta madre y cada vez que lo oía le daba mucha nostalgia.

Iba caminando vestido con uns guantes largos hechos de varios tipos de telas, lo que le hacía verse como un descuidado muñeco de trapo; la función de estos era clara al igual que la de el collar de cuero ajustado (el cual era justamente el que se había comprado en la sex shop en la que conoció a Kaoru); osea cuidar de que las múltiples marcas en sus brazos y cuello no se vieran ante los ojos del resto.

Listo, sus pies -o por lo menos sus zapatos- ya tocaban el suelo de lo que sería su infierno. Lo único bueno sería que luego de su carrera podría por fin dejar los estudios y tal vez trabajar, aún así nada de esto le animaba en lo absoluto y sólo quería que llegase la salida para poder tal vez salir con sus amigos, o quizás Kaoru lo fuese a recoger o lo llamase... ¿Quién sabe? después de todo; nadie conoce el futuro y los que creen conocerlo son los que menos lo llegarían a conocer.
Afortunadamente recordó un pequeño detalle de aquél cada vez mas odioso día; lo que algunos llamaban iniciación u otros el conocido "mechoneo"; para los de mayor grado era la mejor diversión de todas, pero para los recién ingresados, como el; era un total infierno. Ahora si que su día estaba más que arruinado con esos idiotas ensuciándole, molestándolo, abusándole y golpeándole.
Des afortunadamente las primeras horas de clase se pasaron como un rayo, así llegando el asqueroso e indeseado descanso, ¿Por qué cuando esperaba con ansias algo todo pasaba tan lento y cuando no tan rápido?, era un misterio, tal vez realmente la vida le tenía algo en contra.
Logro escaparse de su horripilante destino, pero al esconderse tras los jardines de la importante universidad; descubrió que no estaba solo, un muchacho alto y pelirrojo que era tal vez mayor que el se encontraba a su lado. -hola.- dijo con algo de entusiasmo el chico, que al parecer también se escondía.
-hola...- dijo en voz casi inaudible el mas bajo sin prestarle mucho interés.
-¿Cómo te llamas?- le preguntó el chico pelirrojo con un tono algo infantil.
-Kyo...- dijo lo justo y necesario sin intenciones de aplazar la conversación.
El mas alto se quedó en silencio esperando que tal vez el otro chico le devolviese la pregunta, pero tal cosa nunca llegó; Kyo no era bueno para hacer amigos y no le interesaba serlo.
-¿No me preguntarás como me llamo?- preguntó el pelirrojo con interés, a lo que el rubio contestó con un súbito silencio.- bueno, yo soy Andô Daisuke, dime Die, Dai o Dado.
-¿Dado? que nombre tan ridículo...-dijo con simpleza el rubio.
El pelirrojo sólo quedó en silencio algo ofendido, pero luego decidió volver a intentar simpatizarle al rubio. -¿Cuantos años tienes?- le preguntó.

-tengo dieciocho años.- dijo aún con total indiferencia.

-haaa, yo tengo diecinueve.- dijo sonriente.- ¿Y qué carrera estudias?
-literatura ¿Tú?-esta vez no solo contestó, sino que también le debolbió la pregunta.

-yo estudio medicina.- dijo con orgullo de su compleja carrera.

Al fin y al cabo se salvaron del dichoso mechoneo,y además ambos comenzaron a generar loq ue tal vez serñia una bonita amistad.

Salieron caminando juntos a la salida, conversando acerca de música y encontrando varias semejansas y diferencias. Kyo no reía ni sonreía, solo se mantenía algo serio y taciturno, pero sin hacer notar demasiado la segunda característica, ya que odiaba que sintiesen lástima de el.

De repente Kyo pudo ver una cabellera castaña que reconocería por doquier, se despidió rápidamente del pelirrojo y se dirigió hasta el hombre en la entrada, el cual se bajaba de su auto, el cual era tamaño mediano y de un peculiar color púrpura que resaltaba de entre todos los otros autos con sus aburridos y cotidianos colores.

-¿Kao?- le llamó el rubio estando ya frente al mayor.

-vámonos, Kyo.- le dijo en tono severo al más bajo mientras se subían al coche.

-¿Cómo estuvo tu día Kao?- le preguntó al mayor una vez estuvieron dentro del coche.

-bien ¿Y el tuyo?- le preguntó para se cortez ya que su tono no reflejaba ni el mínimo interés mientras coectaba el ipod del rubio al auto para poder escuchar música de su agrado, ya que así es, tenían similares gustos musicales y esto les servía para sacar tema de conversación de vez en cuando.

-el mio como siempre; aburrido y detestable.- luego ambos se quedaron en silencio escuchando los ritmos de x japan, la banda favorita del castaño.

Luego de pocos minutos llegaron al departamento de Kaoru, quien vivía en el edificio número "sesenta", piso seis; los papeles murales eran blancos y aburridos y el amoblado del lugar consistía en una mesita en el living al lado de un largo sillón morado.
-¿Quieres una cerbeza o algo?-le preguntó el castaño al mas bajo, quien se sentó en el amplio sillón.

-cerveza esta bien.- dijo el mas bajo para luego de unos minutos ver como el castaño le iba a hacer compañía con sus manos ocupadas por dos tazas de cerveza, de las cuales le dio una al rubio y tomó algunos sorbos de la otra.

-Kyo...- susurró el castaño para abrazar a Kyo -quien no tenía la espalda completamente apoyada en el sofá- por detrás, haciéndole quedar algo de lado.

- esta buena la cerve.- no alcanzó ni a terminar la oración y ya tenía a Kaoru mordiéndole el cuello.-ahh!

El castaño se limitó a sonreír y volver a morder esta vez de una manera más brusca el cuello del menor, sacándole un poco de sangre.
-aHH!- volvió a gemir, le ardía la pequeña herida por el alcohol de la cerveza, sin embargo en su rostro se dibujó una pequeña sonrisa.

El mayor se dirigió esta vez a un punto de presión tras la oreja del rubio para morderle brúscamente haciendo que el menor gritase.- AHH!! Kao, ahí no, lo puede ver mi padre.- le reclamó al mayor quien sólo gruño; el sabía muy bien que ese gruñido no era un "sí".

Las manos de Kaoru se deslizaron hasta el miembro de Kyo y por sobre la ropa lo comenzaron a masturbar lenta y torturosamente desesperando al menor.


-ahh... Kao... hazlo más rápido... por favor.- le pidió al mayor; sabía que no era fácil hacer que el castaño accediese a una petición por su parte, pero aún así lo intentó, después de todo ese día Kaoru estaba un tanto más amable que lo común.


-no.- dijo en seco aún masturbando a Kyo de aquella manera que de alguna extraña manera agradaba a Kyo, le gustaba ser sometido por el mayor, le gustaba cuando le obligaba y también le gustaba hacerlo enojar, ya que sabía que de esa manera terminaría por maltratarlo mas de la cuenta y la sola idea de Kaoru haciéndole sangrar le encantaba... por depravado que sonase; Kyo estaba realmente enfermo.


-ahh... pero Kaoh... me duele.- le reclamó un poco más, de verdad le dolía y le gustaba, pero a pesar de toda la explicación anterior; Kyo prefería masturbaciones mas rápidas e imparables, le gustaba llegar al límite de los límites y sabía que eso no era gran trabajo con Kaoru como su acompañante en la cama.


Kaoru terminó por llevar a Kyo del sillón a su cama, que en su departamento no quedaba a muchos pasos del living. Lo recostó sin cuidado y se echó sobre el quedando en cuatro patas con su víctima abajo para seguir con su lenta masturbación.


-ah...- Kyo ya no soportaba lo lento que iba, sentía que su cabeza iba a explotar si la mano de Kaoru no se comenzaba a mover de una manera mas rápida y efectiva, así que no lo dudó mas y mandó una de sus manos en su ayuda, sin embargo esto no agradó para nada a Kaoru quien le tomó las manos y extendió uno de sus brazos hasta el cajón de la mesita de noche sacando una caja gris la cual abrió sacando unas esposas las cuales tenían unas afiladas puntas para adentro; acto seguido se las puso a Kyo haciendo que este chillase al sentir las puntas clavarse en sus muñecas, mas estas no le hacían daños muy significativos. La única función de estas era hacerle sangrar un poco e inmovilizarlo.


Kaoru sonrió al ver los hilos de sangre que se extendían por los brazos del rubio. Le invitaban a lamerle... le encantaba la sangre.


continuará...

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